SOBRE LA MICROBIOTA ¿Qué es la microbiota? La microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan sobre tu piel y en la superficie de las mucosas de tu cuerpo en contacto con el exterior. A pesar de que antiguamente se le llamaba “flora” o “microflora”, este término es incorrecto porque en tu piel y en tu interior no tienes flores, tienes microbios(1). Un adulto tiene la misma cantidad de bacterias que de células humanas. Los microorganismos de la microbiota constituyen la mitad del volumen de tus heces y pesan unos 200 gramos (equivale al peso de un mango)(2). ¿Qué es el microbioma? El microbioma es el conjunto de genes de todos los microorganismos de la microbiota de un hábitat determinado. Es decir, el microbioma hace referencia a las funciones que llevan a cabo los microorganismos. Otra definición más completa de microbioma incluye los microorganismos, sus genes, las sustancias que fabrican y el hábitat donde viven(1). Mientras que el genoma humano está formado por 23.000 genes, la microbiota tiene hasta 3 millones de genes que están implicados en una enorme cantidad de funciones que tú solo no eres capaz de llevar a cabo(3). En la práctica se suelen utilizar los términos microbiota y microbioma como sinónimos. ¿Qué funciones tiene la microbiota? Las principales funciones de la microbiota son(3),(4),(5): - Desarrollo del sistema inmunitario: la microbiota es clave para la maduración del sistema inmunitario durante los primeros años de la vida y lo mantiene activo a lo largo de toda tu vida para protegerte de las infecciones y las alergias.
- Protección frente a las infecciones: la microbiota impide que se asienten los microorganismos patógenos en la superficie de tu piel, el intestino y el aparato genitourinario.
- Desarrollo del cerebro y su comportamiento: la microbiota se desarrolla en paralelo al sistema nervioso central y esto hace que pueda afectar a las funciones del cerebro durante la vida adulta. Fruto de esta relación entre la microbiota y la salud mental, se están investigando nuevos tratamientos que actúan sobre la microbiota para el tratamiento de la ansiedad, la depresión o los trastornos del espectro autista.
- Mejora de la salud cardiovascular: una microbiota diversa y sana contribuye a reducir algunos factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares (colesterol, triglicéridos, azúcar).
- Síntesis de nutrientes esenciales: la microbiota te suministra algunas vitaminas (por ejemplo, las vitaminas B12 y K) y algunos aminoácidos y ácidos grasos que no puedes fabricar.
- Aprovechamiento de nutrientes que no puedes digerir: la fibra y los polifenoles de las legumbres, las verduras, las frutas, las semillas y los frutos secos llegan casi intactos al intestino grueso y allí son metabolizados por la microbiota. El resultado es que se generan ácidos grasos de cadena corta (acetato, propionato y butirato) que refuerzan la barrera intestinal, bloquean a los patógenos y sirven como fuente de energía para las células del intestino.
¿De dónde viene tu microbiota? El primer contacto que tienes con la microbiota es en el momento del parto, aunque también se han encontrado algunas bacterias en el líquido amniótico. - Si el bebé nace por parto vaginal, las primeras bacterias que colonizarán el intestino son las que se encuentran en la vagina y el aparato digestivo de la madre (Lactobacillus, Enterobacteriaceae y Prevotella, entre otros)(6).
- En los bebés nacidos por cesárea las bacterias más habituales son las que se encuentran en la piel de la madre y en el ambiente del hospital (Staphylococcus, Corynebacterium y Propionibacterium, entre otros). La falta de exposición a los microorganismos de la vagina que ocurre en las cesáreas se ha relacionado con un aumento de la susceptibilidad a las infecciones y con la predisposición a sufrir alergias, obesidad y enfermedades autoinmunes en la edad adulta(6).
La evolución posterior de la microbiota estará marcada por la dieta del niño (lactancia materna o artificial), el entorno rural o urbano en el que vive, nacer en un país en vías de desarrollo o desarrollado y otros factores como las infecciones durante los primeros meses de vida y el empleo de antibióticos por la madre(6). El consumo de la leche materna durante los primeros meses promoverá el crecimiento de los lactobacilos y las bifidobacterias. Sin embargo, los niños que reciben una fórmula infantil tienen una microbiota más parecida a la de un adulto(6). A los 5-6 meses de edad se inicia la toma de las papillas de frutas que aumentan la fibra de la dieta del bebé y favorecen la diversificación del ecosistema intestinal. La posterior introducción de los purés de verduras facilitan la llegada de las bacterias Bacteroidetes y el asentamiento de las bacterias Firmicutes. La adición de carne, yema de huevo y pescado a los purés favorece la colonización por las proteobacterias(7). A los 2 años de edad el niño tiene una microbiota muy parecida a la de un adulto. Su composición definitiva estará influenciada por la dieta, el estilo de vida, el entorno cercano, la presencia de mascotas en el hogar y el tratamiento con medicamentos que pueden afectar a la microbiota(7). ¿Cuándo termina de desarrollarse la microbiota? Aunque la microbiota madura la empezamos a tener a los 2-3 años de edad, se ha visto que hasta los 20 años sigue cambiando. Después en la edad adulta la microbiota tiende a permanecer estable, aunque puede alterarse de forma notable si recibes un tratamiento antibiótico o si tienes alguna enfermedad digestiva (por ejemplo, intestino irritable), relacionada con el sistema inmunitario (por ejemplo, alergias) o cardiovascular (por ejemplo, obesidad)(8). A partir de los 60-65 años la microbiota experimenta una reducción de su diversidad, una disminución de los microorganismos con propiedades antiinflamatorias (Faecalibacterium prausnitzii y bifidobacterias), una pérdida de sus funciones y se vuelve inestable. La buena noticia es que los cambios de la microbiota con la edad no son irreversibles. Seguir una alimentación rica en alimentos de origen vegetal frescos preparados por ti, moverte cada día para no perder tu autonomía y tener mucha vida social son los mejores ingredientes para tener una microbiota sana y fuerte que te ayude a envejecer bien(9). De hecho, se ha visto que las personas centenarias tienen una microbiota que es incluso más saludable que la que tienen los jóvenes de 30 años. Esto significa que nunca es tarde para empezar a cuidar tu microbiota a través de tu alimentación: tu estilo de vida importa más que tu edad para tener una microbiota sana(10). ¿Dónde se encuentra tu microbiota? La microbiota se encuentra sobre tu piel y en todas las cavidades de tu cuerpo que se comunican con el exterior, que son la boca, el tubo digestivo, el tracto respiratorio, el aparato genitourinario y la glándula mamaria. Mientras que la composición de la microbiota varía mucho entre las diferentes partes de tu cuerpo, las funciones que lleva a cabo en todas ellas son parecidas. Esto significa que la microbiota intestinal tiene una estructura distinta a la del aparato genitourinario y a la de la glándula mamaria, pero todas ellas comparten funciones similares. De todas las microbiotas de tu cuerpo la microbiota intestinal es la más estudiada porque es en tu intestino delgado y grueso donde se encuentran la inmensa mayoría de microorganismos de tu cuerpo y sus funciones repercuten en tu salud digestiva, inmunitaria e incluso en el buen funcionamiento de otros órganos de tu cuerpo que de entrada no guardan una relación aparente con tu intestino, como tu corazón y tu cerebro. ¿Qué pasa cuando se altera tu microbiota? La alteración transitoria o patológica de la microbiota de una parte del cuerpo se conoce como disbiosis. Este desequilibrio puede ser tanto cualitativo (especies distintas a las habituales) como cuantitativo (cambios en las concentraciones de los microorganismos de la microbiota). La disbiosis se produce cuando no se establece una microbiota saludable durante los 3 primeros años de vida o bien cuando la microbiota de una parte del cuerpo se ve alterada en cualquier momento de la vida. Las principales causas de disbiosis son(11),(12): - El nacimiento por cesárea, que dificulta una adecuada colonización temprana del intestino.
- La lactancia artificial, que promueve el desarrollo de una microbiota similar a la de un adulto en lugar de una microbiota formada por bifidobacterias.
- Una alimentación pobre en alimentos frescos de origen vegetal y rica en alimentos ultraprocesados (platos precocinados, helados, alimentos light): favorece un tipo de microbiota menos diversa, un aumento de las bacterias pro-inflamatorias (enterobacterias) y una reducción de las bacterias protectoras (bifidobacterias).
- El estrés, tanto el que se debe a un sobreesfuerzo (por ejemplo, deporte intenso) como el que se produce por causas psicológicas (por ejemplo, estrés en el trabajo o secundario a una enfermedad): favorece un debilitamiento de la barrera intestinal y un desequilibrio en la composición y las funciones de la microbiota.
- La falta de actividad física: el sedentarismo se asocia con mayor presencia de bacterias potencialmente patógenas y con una disminución de la diversidad global de la microbiota.
- Los tratamientos con antibióticos, laxantes, antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, ibuprofeno), suplementos de hierro, anticonceptivos y medicamentos que inhiben la producción de ácido por el estómago: el tipo de microbiota que aparece tras la toma de algunos medicamentos es menos estable, diversa y capaz de hacer frente a las agresiones externas. Cuanto mayor sea el número de medicamentos, menos estable será la microbiota.
Como consecuencia de la disbiosis(13): - Se pierden las bacterias beneficiosas del ecosistema.
- Se multiplican las bacterias que pueden darnos problemas.
- Se produce una pérdida de diversidad microbiana.
La disbiosis provoca una mayor susceptibilidad a las infecciones, puede contribuir también a la aparición de enfermedades autoinmunes como las enfermedades inflamatorias del intestino, la diabetes de tipo 1 y 2, la artritis reumatoide, la celiaquía y la atopia y se relaciona con las intolerancias alimentarias. ¿En qué situaciones puede causarme problemas la microbiota? La microbiota es esencial para la vida hasta el punto que en su ausencia tu aparato digestivo no podría llevar a cabo sus funciones de digestión y absorción de los nutrientes y tu sistema inmunitario no podría hacer frente a los agentes infecciosos. Cuando tu microbiota está alterada puede causarte problemas(14): - Disbiosis cuando no se puede establecer una microbiota diversa en la infancia o en la edad adulta. Esto se debe al nacimiento por cesárea, la lactancia artificial, el estrés, el tratamiento con antibióticos y la higiene excesiva.
- Infecciones endógenas: se deben a una alteración en el equilibrio de la microbiota (por ejemplo, en las vaginosis bacterianas hay un sobrecrecimiento de bacterias y una disminución de los lactobacilos) o el paso de bacterias desde el intestino hasta la circulación sanguínea (por ejemplo, en las personas con una inmunodeficiencia).
- Generación de sustancias carcinogénicas: la microbiota puede transformar algunos componentes de las dietas ricas en grasas y proteínas en sustancias que, cuando están en contacto con la mucosa del intestino durante mucho tiempo, aumentan el riesgo de cáncer.
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MICROBIOTA INTESTINAL Microbiota del intestino delgado En el primer tramo del intestino delgado (el duodeno) la microbiota sigue siendo escasa (menos de 1000 microorganismos/ml) debido a los restos de ácido del estómago, la bilis y los jugos digestivos del páncreas que son tóxicos para los microorganismos(15). A medida que avanzamos por el intestino delgado su contenido se alcaliniza y en el segundo tramo (el yeyuno) aumenta la concentración de bacterias (104 microorganismos/ml), que son mayoritariamente lactobacilos(15). En el último tramo del intestino delgado (el íleon), la cantidad y la diversidad de los microorganismos aumenta (107 microorganismos/ml) porque disminuye la velocidad del tránsito intestinal. En las partes finales del intestino delgado la microbiota se asemeja más a la que hay en el intestino grueso(15). En comparación con el intestino grueso, la diversidad microbiana y la cantidad de bacterias es menor en el intestino delgado. Se trata de una comunidad de microorganismos muy dinámica y que se adapta a los recursos que tiene. Los dos tipos de bacterias más abundantes en el intestino delgado son Lactobacillus y Streptococcus(15). Cuando la microbiota del intestino delgado se altera, tienes más posibilidades de tener problemas relacionados con el sistema inmunitario que no siempre se acompañan de síntomas. Esto es debido a que es en esta parte del intestino donde se encuentran la mayor parte de las defensas del cuerpo(16). Las alteraciones a nivel de la cantidad y el tipo de bacterias del intestino delgado repercute en una malabsorción de los carbohidratos, las grasas y las vitaminas. Por ejemplo, el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) que tienen algunas personas con intestino irritable se debe a una disbiosis de la microbiota del intestino delgado(16),(17). Microbiota del intestino grueso El intestino grueso o colon es la parte del aparato digestivo con la mayor cantidad (1011-1012 microorganismos/ml) y diversidad de microorganismos. Está dominado por bacterias, pero también hay arqueas, hongos (levaduras) y protozoos. Allí la microbiota está muy a gusto porque no hay jugos digestivos que interfieran con su crecimiento y el tránsito lento (1-3 días) les permite fermentar con calma la fibra de los alimentos que nuestras enzimas no han podido digerir en el intestino delgado(15). En el intestino grueso conviven miles de especies de microorganismos, con un predominio de las bacterias que pueden sobrevivir en ausencia de oxígeno como los géneros Faecalibacterium, Roseburia, Bacteroides y Prevotella (constituyen el 70% del total) y Bifidobacterium (representa menos del 10%)(15). La cantidad y la diversidad microbiana es superior en el intestino grueso que en el intestino delgado. Las bacterias del intestino grueso están especializadas en la fermentación de las fibras de la dieta y los compuestos diminutos que se generan pueden tener un impacto sobre la salud metabólica (imidazol propionato y trimetilamina), mental (ácidos grasos de cadena corta) y muscular (aminoácidos de cadena ramificada)(15),(18). Relación microbiota intestinal y sistema inmunitario El intestino cuenta con tres niveles de defensa: 1) la microbiota intestinal; 2) el epitelio intestinal, y 3) el sistema inmunitario intestinal(19),(20). - La microbiota intestinal se encarga de bloquear a los patógenos de la luz del intestino que ingerimos con la comida o sobrecrecen cuando hay una infección y entrena al sistema inmunitario del intestino para protegernos de las infecciones.
- El epitelio intestinal está formada por células implicadas en la secreción de un moco que atrapa a los microorganismos patógenos, proteínas con función defensiva (las defensinas) y además cuenta con unas uniones estrechas entre los enterocitos que controlan la permeabilidad intestinal y dificultan el paso de patógenos hacia la circulación sanguínea.
- El sistema inmunitario que se encuentra por debajo del epitelio intestinal es un ejercito de células que se encargan de presentar las sustancias y microbios que hay a la luz del intestino a los linfocitos. Si estos detectan que es una sustancia extraña (por ejemplo, un patógeno implicado en una gastroenteritis) mandarán una señal de alarma al resto de células para que lo eliminen. Por el contrario, si detectan que es una sustancia inofensiva (por ejemplo, un alimento o un microorganismo beneficioso de la microbiota) mandarán una señal de “no ataque” o tolerancia.
El número más extenso de células inmunitarias se encuentra en el intestino delgado porque está situado más arriba en el tracto digestivo y está más expuesto a un mayor número de sustancias extrañas que ingerimos con los alimentos. El intestino grueso también tiene células inmunitarias pero en menor proporción(19),(20). ¿Por qué es importante cuidar la barrera intestinal y qué relación guarda con la microbiota intestinal? La barrera intestinal es la primera línea de defensa que tienes frente a los patógenos y otras sustancias del intestino. Está implicada en controlar el flujo de nutrientes y bacterias, equilibrar las respuestas inflamatorias y antiinflamatorias frente a los patógenos y otras sustancias extrañas y garantizar las funciones de nutrición y defensa del aparato digestivo(21). Como si se tratara de un sandwich, está formada por 3 capas que de más exterior a más interior incluyen: 1) Capa de moco, 2) Capa de células epiteliales, y 3) Capa interna con células inmunitarias(22). - La capa de moco actúa como un muro que evita que los patógenos se enganchen a la pared de células que recubre todo el tubo digestivo. En el intestino delgado la capa de moco es delgada, mientras que en el intestino grueso está formada por dos capas (externa e interna) para evitar que la microbiota del intestino grueso la atraviese y se desplace a otras partes del cuerpo donde te podría causar problemas.
- La capa intermedia de células epiteliales regula el transporte de agua y electrolitos hacia el interior de los tejidos, mientras que no deja pasar las sustancias de tamaño grande del intestino ni los microorganismos.
- La capa más interna (la lamina propria) está formada por células del sistema inmunitario innato y adaptativo que se encargan de discriminar a los microorganismos patógenos de los microorganismos buenos.
La microbiota intestinal ayuda a que las tres capas de la barrera intestinal lleven sus funciones con normalidad. Si la microbiota está alterada, la capa de moco se debilita y los espacios que separan las células de la barrera intestinal se vuelven más anchos. El resultado final es que se filtran a la sangre sustancias que deberían permanecer en la luz del intestino y se desencadena una respuesta inflamatoria que puede manifestarse en forma de síntomas y enfermedades que guardan poca relación aparente con el intestino, como la obesidad y algunos tipos de cáncer. ¿Qué pasa cuando se altera la barrera intestinal? Si la barrera intestinal está alterada, se produce un aumento de la permeabilidad intestinal y los alimentos y los microorganismos que de forma habitual se encuentran restringidos a la luz del intestino(23),(24): - Pasan a la circulación sanguínea.
- Activan una respuesta inflamatoria exagerada.
Como resultado, puede aumentar el riesgo de(23),(24): - Enfermedades digestivas: enfermedades inflamatorias del intestino e intestino irritable.
- Enfermedades sistémicas: enfermedad celiaca, diabetes tipo 1, esclerosis múltiple, lupus eritematoso sistémico, alergias y algunos trastornos neurológicos.
¿Qué factores afectan a la composición y las funciones de la microbiota intestinal? Cada persona tiene una microbiota intestinal única como si se tratara de su huella dactilar. Los dos factores que tienen un mayor impacto sobre la composición de la microbiota intestinal son la alimentación y los medicamentos y, en menor proporción, la genética(15). Los factores que explican la variación de la microbiota dentro de una misma persona son(15): - Parte anatómica del tracto digestivo: en el intestino delgado la microbiota es escasa, mientras que en el intestino grueso es abundante y muy diversa.
- Edad gestacional: los bebés pretérmino (< 37 semanas de embarazo) tienen una microbiota más parecida a la de un adulto que los bebés nacidos a término.
- Tipo de parto: en el parto por vía vaginal, las primeras bacterias que colonizan el intestino proceden de la microbiota del canal del parto y en la región perianal de la madre que es necesaria para la maduración del sistema inmunitario del bebé. Sin embargo, en el parto por cesárea abundan las bacterias de la piel de la madre y del entorno hospitalario, que se han relacionado con un aumento de la susceptibilidad a las infecciones y a las alergias y enfermedades metabólicas.
- Tipo de alimentación: en la infancia la lactancia materna estimula la colonización del intestino por lactobacilos y bifidobacterias, mientras que los niños alimentados con leche artificial tienen un perfil de microbiota más parecida a la de un adulto que tiene menos funciones protectoras para el bebé. En la edad adulta una dieta alta en proteínas y grasas de origen animal se ha relacionado con una microbiota menos diversa y con un perfil de microbiota proinflamatoria, mientras que una dieta rica en alimentos de origen vegetal se ha relacionado con una microbiota más diversa, menor riesgo de enfermedades metabólicas y relacionadas con el sistema inmunitario y menor presencia de genes de resistencia a los antibióticos.
- Edad: a medida que envejecemos la microbiota pierde diversidad, tiene menos bacterias protectoras (por ejemplo, bifidobacterias) y tarda más a recuperarse cuando tiene una agresión externa.
- Toma de algunos medicamentos: los antibióticos, los anticonceptivos orales, las sales de hierro, los antidiabéticos y los antidepresivos se han relacionado con cambios en la composición de la microbiota intestinal. En algunos casos (por ejemplo, la metformina para controlar el azúcar en la diabetes tipo 2) los cambios en la microbiota que se producen contribuyen a explicar en parte los efectos terapéuticos del medicamento. Otras veces (por ejemplo, los antibióticos) los cambios que se producen en la microbiota son negativos y pueden aumentar el riesgo de enfermedades digestivas y metabólicas si las alteraciones no se revierten a tiempo. La toma de probióticos con respaldo científico puede ayudar a corregir la disbiosis intestinal por la toma de antibióticos y otros medicamentos de uso crónico.
Pero la microbiota intestinal también cambia entre las personas debido a(15): - El país o continente donde vives: las tribus del Amazonas y los habitantes de Japón tienen unas bacterias intestinales especializadas en metabolizar los alimentos que están ausentes en las personas de Estados Unidos. La microbiota explica que el riesgo de enfermedades sea diferente en función del país de origen.
- El peso corporal: tanto el exceso de peso como el bajo peso se relacionan con cambios en la microbiota intestinal que afectan a nuestra forma de digerir los alimentos.
- Ejercicio físico: las personas que realizan algún tipo de actividad o ejercicio físico con asiduidad tienen una microbiota intestinal más diversa y una mejor salud digestiva.
¿La microbiota intestinal cambia con la edad? A partir de los 60 años, la microbiota intestinal se vuelve inestable y pierde diversidad, con una disminución de los microorganismos beneficiosos (bifidobacterias) y un aumento de las bacterias potencialmente patógenas (enterobacterias, Clostridioides difficile), que además favorecen la inflamación y el envejecimiento acelerado del sistema inmunitario(25). Relación microbiota con salud cardiovascular Más allá de su implicación en la digestión y absorción de los nutrientes, el desarrollo del sistema inmunitario y la salud mental, cada vez existe más evidencia científica que la microbiota es un nuevo órgano endocrino que si está alterado puede contribuir a las enfermedades metabólicas y cardiovasculares. La relación que existe entre la composición de la microbiota intestinal y las enfermedades cardiovasculares se ha encontrado a diferentes niveles(26),(27),(28): - Las principales enfermedades metabólicas y cardiovasculares (obesidad, diabetes y síndrome metabólico) se acompañan de una alteración en la composición de la microbiota intestinal. Los principales géneros bacterianos afectados son Bacteroides, Prevotella y Ruminococcus.
- La disbiosis intestinal aumenta la permeabilidad intestinal y deja pasar a la circulación sanguínea los restos de los alimentos y los microorganismos, lo que desencadena una alteración del sistema inmunitario intestinal y una respuesta inflamatoria, que es el principal factor que tienen en común todas las enfermedades cardiovasculares.
- El desequilibrio de la microbiota intestinal se acompaña de una reducción de los niveles de ácidos grasos de cadena corta. Estos metabolitos bacterianos tienen propiedades antiinflamatorias y actúan reforzando la integridad de la barrera intestinal, que son dos funciones que se encuentran alteradas en las enfermedades cardiovasculares.
- Las dietas altas en alimentos de origen animal con un elevado contenido en carnitina, colina y lecitina (carne roja y huevos) favorecen la producción del metabolito TMA por la microbiota intestinal que cuando llega al hígado se transforma en TMAO. Los niveles de TMAO altos en sangre aumentar el riesgo de aterosclerosis y otras enfermedades inflamatorias crónicas.
- Algunos lactobacilos, como las cepas de Lactobacillus plantarum CECT 7527, CECT 7528 y CECT 7529, pueden captar el colesterol intestinal impidiendo que se absorba y pase a la circulación sanguínea.
- La microbiota intestinal está equipada con enzimas hidrolasas de ácidos biliares que transforman los ácidos biliares que se fabrican en el hígado en compuestos menos tóxicos. Los compuestos resultantes son degradados a su vez por otras bacterias, lo que garantiza su supervivencia en el intestino para que puedan llevar a cabo su función de bloquear la absorción del colesterol.
Eje microbiota-intestino-cerebro Lo que pasa intestino no se queda en tu intestino. Las mariposas en el estómago y los retortijones de los nervios cuando pasas por una época de mucho estrés son ejemplos de la conexión que existe entre el intestino y la mente. Tener una microbiota intestinal rica y diversa contribuye a una buena comunicación entre el intestino y el cerebro. Este eje microbiota-intestino-cerebro se establece tras el nacimiento y tiene un enorme impacto en la salud del sistema nervioso, el endocrino y el inmunitario a lo largo de toda la vida(29). La comunicación que existe entre la microbiota intestinal y el cerebro se produce a 3 niveles(29): - Nervio vago (ruta neuronal): conecta el cerebro con casi todos los órganos del cuerpo y es la forma más rápida que tiene la microbiota de comunicarse con el cerebro (como los mensajes por WhatsApp).
- Hormonas (ruta endocrina): son una vía de comunicación lenta e indirecta entre el intestino y el cerebro (como la correspondencia con cartas).
- Citoquinas (ruta inmune): las células inmunitarias de la capa interior de la barrera intestinal pueden activar una reacción inflamatoria que llega hasta el cerebro a través de la sangre (como una alarma de incendios que avisa de que algo no va bien).
¿Qué enfermedades son consecuencia de un desequilibrio de la microbiota intestinal? La alteración de la microbiota intestinal se conoce como disbiosis y puede ser transitoria o patológica. Las consecuencias de las disbiosis intestinales son(30): - Una mayor susceptibilidad a las infecciones: aumenta la frecuencia de diarreas.
- Alteraciones de la respuesta inmunitaria: contribuye en la aparición de enfermedades autoinmunitarias, como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, las alergias, la diabetes tipo 1, la artritis reumatoide y la celiaquía, y metabólicas, como la obesidad.
Microbiota del estómago La microbiota de la boca y de los alimentos pasa al estómago, donde su fuerte acidez destruye la mayoría de los microorganismos. Esto explica que el estómago tan solo contenga de 100 a 1000 microorganismos/ml(14). Las principales bacterias del estómago son estreptococos y lactobacilos. La mitad de la población mundial alberga Helicobacter pylori en su estómago, que se asocia con la gastritis, las úlceras de estómago y algunos tipos de cáncer del estómago. Pero debido a su papel protector frente al cáncer de esófago y frente al aumento de peso no se aconseja eliminarlo en ausencia de síntomas(44). MICROBIOTA GENITOURINARIA ¿Qué es la microbiota vaginal? La vagina es el hogar de una microbiota formada mayoritariamente por lactobacilos (108 microorganismos/ml). En menor proporción contiene otras bacterias (Gardnerella vaginalis, Escherichia coli, Staphylococcus aureus y especies de Mobiluncus) y hongos de tipo Candida que no representan un problema a no ser que su concentración aumente mucho con respecto a la de los lactobacilos(31). A diferencia de la microbiota intestinal que cuanto más diversa sea mejor, la microbiota vaginal es normal que sea poco diversa. Está formada por 200 especies distintas de lactobacilos que impiden que se instalen los microorganismos patógenos en la vagina31. Cada mujer tiene una microbiota vaginal única y es normal que fluctúe a lo largo de los días sin que esto suponga una anomalía patológica. En función del tipo de bacterias que habitan en la vagina la microbiota vaginal se puede clasificar en cinco grupos(31),(32): - Tipo 1: está dominada por Lactobacillus crispatus.
- Tipo 2: está dominada por Lactobacillus gasseri.
- Tipo 3: está dominada por Lactobacillus iners.
- Tipo 4: tiene una alta diversidad de bacterias y poca cantidad de especies de Lactobacillus (microbiota polimicrobiana).
- Tipo 5: está dominada por Lactobacillus jensenii.
Las trompas de Falopio y el endometrio de la vagina también tienen su microbiota característica que se está investigando para mejorar la fertilidad en madres primerizas(33). ¿Qué funciones tiene la microbiota vaginal? Los lactobacilos son las bacterias más abundantes de la vagina. Su función es la de mantener a raya a las demás bacterias y levaduras de la cavidad vaginal y dificultar la entrada de patógenos gracias a(34),(35): - Producir ácido láctico y otros compuestos de defensa (por ejemplo, agua oxigenada y bacteriocinas) que generan un entorno ácido hostil para los microorganismos patógenos.
- Quitarle los nutrientes a los patógenos para que no los utilicen para campar a sus anchas.
- Impedir que los microorganismos intrusos se adhieran a las paredes de la vagina, lo que impide que se instalen y se multipliquen allí.
- Estimular la producción de moco por las células del epitelio intestinal que bloque a las bacterias patógenas.
- Potenciar el sistema inmunitario y ayudarle a que esté preparado para cuando tenga que enfrentarse a una infección.
¿Cómo cambia la microbiota vaginal a lo largo de la vida de la mujer? Los microorganismos de la vagina cambian con la etapa de la vida de la mujer, debido a la influencia de la edad y las hormonas(31),(36),(37),(38): - En las niñas premenárquicas, la capa fina de mucosa que recubre la vagina está seca. La escasa microbiota vaginal es un reflejo de la microbiota de su piel y su intestino (microbiota polimicrobiana), que contamina la zona situada entre el ano y los genitales.
- La llegada de la pubertad, provocada por el inicio de la producción de estrógenos, provoca una hidratación de la mucosa vaginal y el aporte de nutrientes en el exudado. Estas condiciones favorecen la colonización de la vagina por los lactobacilos, que se convierten en las bacterias predominantes y producen ácido láctico que evita que proliferen otros microorganismos como Candida albicans y Gardenerella vaginalis.
- La regla modifica de forma temporal la diversidad de la microbiota vaginal: disminuyen las bacterias y esto explica que las infecciones sean más frecuentes durante la menstruación.
- Cuando llega la edad fértil y la mujer se queda embarazada, su sistema inmunitario baja un poco la guardia para evitar el rechazo del embrión. La microbiota vaginal durante el embarazo es estable y menos diversa. Las altas concentraciones de estrógenos aumentan la cantidad de lactobacilos que colonizan la vagina para proteger la mucosa vaginal y el feto de posibles infecciones, sobre todo a medida que se acerca el momento del parto.
- En la menopausia las condiciones de la vagina vuelven a las que estaban presentes en las niñas prepúberes. Esto se traduce en una disminución del exudado vaginal, de la cantidad de lactobacilos y del cambio a una microbiota mixta formada por bacterias intestinales y de la piel (microbiota polimicrobiana). El resultado es que aumentan las infecciones vaginales y urinarias, que están causadas mayoritariamente por bacterias del intestino.
¿Qué es la disbiosis vaginal? La disbiosis vaginal es un desequilibrio de la microbiota de la vagina que se produce cuando disminuye el número de lactobacilos que de forma habitual colonizan la vagina y te vuelves más susceptible a padecer diferentes patologías vaginales. Los principales factores que pueden dar lugar a una disbiosis vaginal son(34),(39): - Le edad: a medida que se acerca la menopausia, la microbiota vaginal se vuelve mixta y aumentan otras bacterias que desplazan a los lactobacilos residentes de la vagina.
- La etapa del ciclo menstrual: la menstruación, la menopausia y el semen se asocian a un desequilibrio de la microbiota vaginal que se traduce con un aumento de las infecciones vaginales y urinarias.
- Las situaciones de estrés físico y psicológico.
- El exceso de higiene vaginal: las duchas vaginales y los espermicidas alteran el equilibrio de la microbiota vaginal.
- El empleo de dispositivos intrauterinos.
- El empleo de algunos medicamentos, como los antibióticos, la radioterapia y algunos antineoplásicos.
¿Cuáles son las enfermedades que pueden aparecer cuando hay una disbiosis vaginal? La disbiosis vaginal caracterizada por la pérdida de los lactobacilos como bacterias predominantes de la vagina se relaciona con(39): - Vaginosis bacteriana: se acompaña de un aumento de la secreción vaginal, que puede ser maloliente. Puede cursar de forma asintomática.
- Vulvovaginitis por hongos o candidiásica (candidiasis).
- Infecciones de transmisión sexual.
¿Qué es la microbiota urinaria? Aunque al principio se pensaba que la orina era estéril, hoy sabemos que no es así. El tracto urinario contiene una microbiota característica formada por especies de Staphylococcus, Streptococcus, Actinomyces, Prevotella y Corynebacterium, que proceden de la piel o del tracto digestivo. En mujeres sanas en edad fértil es habitual que los lactobacilos sean las bacterias más abundantes en el tracto urinario y su función es mantener su buen estado de salud(40). La composición de la microbiota urinaria de las mujeres es distinta a la de los hombres. El hecho de que en las mujeres la vagina esté cercana al ano explica que las infecciones del tracto urinario provocadas por enterobacterias del tracto digestivo sean más habituales en las mujeres que en los hombres(40). Además de tener una microbiota urinaria propia que se ve influenciada por las relaciones sexuales, los hombres también tienen una microbiota en el semen y en la piel del pene que cuando está alterada puede explicar algunos casos de infertilidad. Es habitual que la microbiota vaginal y seminal de una misma pareja compartan hasta un 85% de las especies microbianas(40). ¿Qué enfermedades se relacionan con una microbiota urinaria desequilibrada? Una alteración de la microbiota urinaria se relaciona con un aumento de las infecciones urinarias, incontinencia urinaria e infecciones de transmisión sexual(41). Debido a su proximidad anatómica, la microbiota vaginal influye en el bienestar urinario. Cualquier desequilibrio de la microbiota vaginal se asocia con un mayor riesgo de infecciones del tracto urinario, que suelen ser uno de los principales motivos de consulta al médico de las mujeres adultas(41). Microbiota oral Después del intestino, la boca es la cavidad de tu cuerpo que alberga la comunidad de microorganismos más diversa y compleja (107-108 microorganismos/ml). Contiene hasta 770 especies de bacterias distintas, además de arqueas, levaduras, virus y protozoos(14). Tu microbiota oral te protege del mal aliento, de la caries y de las enfermedades periodontales (periodontitis y gingivitis). Cuando algún microorganismo de la boca sobrecrece en relación al resto puede causarte problemas(42),(43): - Los estreptococos producen ácido que ataca el esmalte de tus dientes. Las levaduras son las responsables de las aftas que aparecen en la boca de las personas con un sistema inmunitario débil.
- Cuando existe un desequilibrio de la microbiota oral o cuando algunos microorganismos de la boca se desplazan a otras partes del cuerpo donde no deberían estar puede aumentar el riesgo de diabetes, enfermedades inflamatorias del intestino, enfermedades cardiovasculares, cáncer e incluso enfermedades neurológicas.
Microbiota de la piel La piel está en contacto con el entorno donde vives y esto hace que sea fácilmente accesible por los microorganismos que te rodean. Como se trata de una superficie seca, ácida y los nutrientes son escasos, esto limita que la cantidad de microorganismos que se pueden establecer en ella sean bajos (102-107 microorganismos por gramo de piel)(45),(46): - Zonas de la piel con más microbiota (zonas grasas y húmedas): cara, pecho, espalda, axilas, pliegues del codo, nariz e ingle.
- Zonas de la piel sin apenas microbiota (zonas secas): antebrazo y palmas de las manos.
Los microorganismos de la piel varían de una persona a otra, pero se mantienen estables a lo largo del tiempo dentro de la misma persona. Las bacterias representan alrededor del 95% de la microbiota de la piel, con un predominio de las que pertenecen a los filos Actinobacteria (60% del total que incluyen mayoritariamente corinebacterias y propionibacterias) y Firmicutes (25% del total que incluyen sobre todo Staphylococcus epidermidis). En la piel también habitan hongos, principalmente del género Malassezia (son beneficiosos pero cuando crecen en exceso provocan la caspa), ácaros como Demodex folliculorum que viven en los folículos pilosos y virus(45),(46). El intestino y la piel están conectados entre ellos (eje intestino-piel). Esto significa que una disbiosis intestinal se manifiesta con problemas de la piel y viceversa. Las principales funciones de la microbiota de la piel son(47): - Estimular los mecanismos de defensa de la piel y reducir la inflamación exagerada frente a los factores agresores externos.
- Evitar la colonización e infección por microorganismos patógenos a través de fabricar ácido láctico y otros compuestos antibacterianos.
- Ayudar a cicatrizar las heridas.
- Definir el olor corporal característico de cada persona.
Durante la etapa fetal la piel es estéril y se coloniza en el momento del parto. A pesar de que la comunidad de microorganismos de la piel se mantiene estable, su composición puede cambiar en función de la edad, el sexo, los niveles de higiene, el estado de salud, las enfermedades digestivas y sistémicas y la localización anatómica(47). La disbiosis de la piel se produce cuando el equilibrio de las bacterias de la piel se rompe y los microorganismos que eran beneficiosos ahora se vuelven patógenos. Este desequilibrio se puede acompañar de problemas de salud como el acné, la dermatitis atópica, la rosácea, la psoriasis y el cáncer de piel. También es habitual encontrar una disbiosis de la piel en otras situaciones no patológicas, como por ejemplo la dermatitis del pañal(47). |