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Microbiota intestinal y enfermedades autoinmunes: consejos para cuidarse de forma segura

enfermedades autoinmunes
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    Cada vez se publican más estudios que encuentran una relación entre la alteración en la composición y las funciones de la microbiota intestinal humana y algunas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen las enfermedades autoinmunes.

    Descubre qué dice la ciencia sobre la relación entre la microbiota intestinal y las enfermedades autoinmunes y los beneficios de los probióticos para reducir la inflamación y la permeabilidad intestinal que están alteradas en las enfermedades autoinmunes e inflamatorias. 

     

    ¿Qué son las enfermedades autoinmunes?

    Las enfermedades autoinmunes se producen cuando las células de tu sistema inmunitario atacan por error tus órganos e incluso tu microbiota1. 

    Estas enfermedades autoinmunes cada vez son más frecuentes y se producen por un desequilibrio entre los linfocitos reguladores y los linfocitos que desencadenan una respuesta pro-inflamatoria defensiva.

    En condiciones normales tu sistema inmunitario solo debería atacar a los patógenos, pero no debería reaccionar frente a tu microbiota intestinal beneficiosa, tus propias células y tejidos y alimentos que ingieres habitualmente.

     

    Enfermedades autoinmunes más comunes

    Las enfermedades autoinmunes más frecuentes en la actualidad se clasifican en tres tipos1:

    • Enfermedades autoinmunes órgano-específicas: el sistema inmunitario ataca a un componente específico de un órgano. Incluyen la enfermedad de Graves que afecta a la tiroides (hipertiroidismo), la enfermedad de Addison que afecta a las glándulas suprarrenales, la diabetes tipo 1, la enfermedad de Crohn que afecta al intestino y a su microbiota y la tiroiditis de Hashimoto que se acompaña de hipotiroidismo. 
    • Enfermedades autoinmunes sistémicas: el sistema inmunitario ataca a varios componentes que se encuentran ampliamente distribuidos entre las diferentes células. Incluyen el lupus eritematoso sistémico que afecta a todas las células con núcleo, la artritis reumatoide y la enfermedad celiaca.
    • Enfermedades autoinmunes con inflamación crónica: se caracterizan por una inflamación crónica de baja intensidad que afecta a todo el organismo. Incluyen la colitis ulcerosa y la artritis reumatoide.

    Las enfermedades autoinmunes se manifiestan de forma agrupada. Esto significa que no te diagnostican solo una enfermedad autoinmune, sino que es habitual que te diagnostiquen más de una enfermedad autoinmune a la vez. Por ejemplo, tener una enfermedad autoinmune aumenta el riesgo de tener síndrome del intestino irritable, que a su vez se considera una enfermedad autoinmune desencadenada por una intoxicación alimentaria que daña los nervios del intestino delgado2.

     

    ¿Las enfermedades autoinmunes se curan?

    De momento no se ha encontrado una cura para las enfermedades autoinmunes. Esto implica que su tratamiento se enfoca en reducir los síntomas, mejorar la progresión de la enfermedad y tener más calidad de vida.

    Existen algunos tratamientos en fase de investigación que permiten resetear el sistema inmunitario y en un futuro pueden contribuir a encontrar una cura para las enfermedades autoinmunes3.

    El objetivo final en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes es frenar la respuesta exagerada del sistema inmunitario frente a nuestras propias células y tejidos.

    El tratamiento varía en función del tipo de enfermedad autoinmune e incluye medicamentos con compuestos que reducen la actividad del sistema inmunitario, como por ejemplo los corticoides. La alimentación también puede influir en el estado de tu sistema inmunitario y ayudarlo cuando tienes una enfermedad autoinmune.

     

    Relación entre microbiota intestinal y enfermedades autoinmunes

    La microbiota intestinal de pacientes con enfermedades autoinmunes tiene una menor abundancia de bacterias protectoras de la mucosa intestinal (por ejemplo, Akkermansia y Faecalibacterium) y un aumento de las bacterias pro-inflamatorias (por ejemplo, Escherichia coli). También se han encontrado disminuciones de bifidobacterias en pacientes con tiroiditis de Hashimoto y artritis reumatoide, lo que sugiere que repoblar el intestino con estas bacterias podría ayudar a mejorar el estado del sistema inmunitario en estos pacientes4. 

    Además, las funciones de la microbiota intestinal de las personas con enfermedades autoinmunes también están deterioradas en comparación con las personas sanas. Se trata de una microbiota que no puede digerir correctamente la fibra de los alimentos de origen vegetal y en su lugar prefiere nutrirse de las proteínas de la dieta y del moco que tapiza la fina capa de células del intestino4.

    Aunque los científicos aún no tienen claro cómo la alteración de la microbiota puede contribuir a los síntomas de las enfermedades autoinmunes, se están estudiando tratamientos que modifican la microbiota para tratar estas patologías.

    La mezcla de Lactobacillus plantarum CECT 7484, L. plantarum CECT 7485 y Pediococcus acidilactici CECT 7483 es uno de los probióticos más estudiados para reforzar las funciones de la barrera intestinal, reducir la inflamación y restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal que se encuentran alterados en los pacientes con enfermedades autoinmunes intestinales como el síndrome del intestino irritable, la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.

    En particular, este probiótico contiene 3 cepas que actúan en sinergia para reducir el disconfort intestinal gracias a su triple efecto5-7:

    • Reducción de la permeabilidad intestinal.
    • Normalización del tránsito intestinal y de la alteración de la composición y las funciones de la microbiota intestinal.
    • Reducción de la inflamación y la hipersensibilidad visceral, que se acompaña de una mejora de los síntomas de la intolerancia a la lactosa que son comunes en el intestino irritable. 

    Otros probióticos han mostrado incrementar la presencia de linfocitos reguladores en sangre y la producción de compuestos antiinflamatorios como la IL-108. 

    Estos hallazgos sugieren que los probióticos pueden tener un efecto anti-inflamatorio cuando se utilizan como coadyuvantes al tratamiento convencional de una enfermedad autoinmune.

    Conviene tener en cuenta que los probióticos están contraindicados en personas inmunodeprimidas (por ejemplo, pacientes oncológicos y con desnutrición severa) y con enfermedades muy graves (por ejemplo, pacientes en la Unidad de Cuidados Intensivos). En estos casos un profesional de la salud tiene que valorar de forma individualizada el riesgo-beneficio del probiótico antes de recomendarlo9.

     

    Conclusión

    Las enfermedades autoinmunes cada vez son más frecuentes y pueden ser órgano-específicas, sistémicas y con inflamación crónica.

    Estudios recientes han encontrado asociaciones entre la composición y las funciones de la microbiota intestinal y algunas enfermedades autoinmunes.

    Algunos probióticos pueden utilizarse como coadyuvante al tratamiento convencional en las enfermedades autoinmunes intestinales como el intestino irritable debido a sus propiedades anti-inflamatorias.

     

    Referencias:

    1. MedlinePlus. Enfermedades autoinmunes. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/autoimmunediseases.html (consulta el 5 de octubre de 2022).
    2. Pimentel M, Rezaie A. The microbiome connection. Your guide to IBS, SIBO and low-fermentation eating. Estados Unidos: Agate; 2022.
    3. Estupinyà P. Cómo ‘resetear’ el sistema inmune para curar una enfermedad. El País. 8 de julio de 2016. Disponible en: https://elpais.com/elpais/2016/07/05/ciencia/1467713563_975269.html (consulta el 5 de octubre de 2022).
    4. Clemente JC, Manasson J, Scher JU. The role of the gut microbiome in systemic inflammatory disease. BMJ. 2018; 360:j5145. doi: 10.1136/bmj.j5145.
    5. Lorenzo-Zúñiga V, Llop E, Suárez C, et al. I.31, a new combination of probiotics, improves irritable bowel syndrome-related quality of life. World J Gastroenterol. 2014; 20(26):8709-8716. doi: 10.3748/wjg.v20.i26.8709.
    6. Barraza-Ortiz DA, et al. Efficacy of a probiotic formula and alverine/simethicone combination in patients with diarrhoea-predominant and mixed irritable bowel syndrome: a randomized, single-blind, placebo-controlled pilot trial. Presentación del póster en la Semana Nacional de Gastroenterología 2019. Asociación Mexicana de Gastroenterología. doi: 10.1016/j.gcb.2007.06.001.
    7. Cano-Contreras AD, Minero Alfaro IJ, Medina López VM, et al. Efficacy of i3.1 probiotic on improvement of lactose intolerance symptoms: a randomized, placebo-controlled clinical trial. J Clin Gastroenterol. 2022; 56(2):141-147. doi: 10.1097/MCG.0000000000001456.
    8. Konieczna P, Groeger D, Ziegler M, et al. Bifidobacterium infantis 35624 administration induced Foxp3 T regulatory cells in human peripheral blood: potential role for myeloid and plasmacytoid dendritic cells. Gut. 2012; 61(3):354-366. doi: 10.1136/gutjnl-2011-300936.
    9. Organización Mundial de Gastroenterología. Probióticos y prebióticos. Febrero de 2017. Disponible en: https://www.worldgastroenterology.org/guidelines/probiotics-and-prebiotics/probiotics-and-prebiotics-spanish (consulta el 5 de octubre de 2022).

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