Para la ciencia no todas las cosas ocurren de una determinada forma, ni existen aseveraciones 100% ciertas. No obstante, es un hecho que la vaginosis bacteriana (VB) se produce en mujeres en edad fértil y, sobre todo, en mujeres sexualmente activas.
Existen razones biológicas por las cuales se puede casi asegurar que en niñas prepúberes no encontraremos VB.
La microbiota vaginal como mecanismo de defensa
La vagina es una cavidad de fácil acceso para los microorganismos, pero sin una potente respuesta inmune para la infección. Tampoco tiene, como las vías urinarias, un sistema de arrastre para librarse de los gérmenes (orina), y todo esto es porque debe albergar los espermatozoides que contiene el semen para conseguir la reproducción sin eliminarlos.
El mejor mecanismo de defensa de la vagina viene determinado por la conformación de una microbiota estable, a lo cual contribuye la humedad que se consigue por el funcionamiento de la pared vaginal en condiciones hormonales óptimas.
El medio vaginal en niñas antes de la menarquia
Salvo en las recién nacidas, en las cuales existe un cierto, y temporal, nivel estrogénico en sangre procedente de la madre, antes de la menarquia la escasa producción hormonal no favorece unas condiciones en la vagina adecuadas para los gérmenes. La microbiota es muy escasa; sólo en el 1% de los casos se pueden encontrar microorganismos que proceden de la piel del perineo y del ano, que acceden fácilmente a la vagina, pero no existen condiciones de humedad suficientes para que se produzca una colonización estable de esta cavidad.
Gardnerella en niñas
Entre estos microorganismos podríamos encontrar algún lactobacilo, pero no hay hongos ni Gardnerella vaginalis (esta última, característica de la VB), lo cual conlleva que, si se produce una vaginitis, no se deba pensar en las causas típicas de las mujeres adultas (vaginitis por hongos o vaginosis bacteriana). (Tabla 1)
SI | NO |
Lactobacillus | Gardnerella vaginalis |
Anaerobios estrictos Gram – y + | Micoplasmas |
S. epidermidis | Levaduras (hongos) |
Actinomyces |
Tabla 1. Gérmenes que se pueden encontrar o no en la vagina de las niñas antes de la menarquia.
La colonización vaginal en la edad fértil
Una vez llega la menarquia y va aumentando el nivel de estrógenos en la sangre, por la producción del ovario, la mucosa de la pared vaginal se va engrosando y segrega glucógeno, sustancia que utilizan los lactobacilos para subsistir y elaborar ácido láctico. De esta forma el medio vaginal se hace húmedo y muy ácido, imposibilitando el desarrollo de otros gérmenes, distintos de los lactobacilos, que puedan intentar invadir.
Se conforma así una microbiota estable y en equilibrio, donde se garantiza el predominio de los lactobacilos, y en la que otros gérmenes también presentes no pueden sobrecrecer por las condiciones impuestas por los primeros.
Entre estos otros gérmenes no dominantes se puede encontrar Gardnerella vaginalis, Atopobium spp y Mobiluncus spp, cuya proliferación en exceso constituye el desequilibrio que se conoce como VB.
Disbiosis en la edad adulta
Cuando hablamos de disbiosis nos referimos al desequilibrio que se produce al disminuir los lactobacilos dominantes en una microbiota, que pasará de ser estable y saludable a ser susceptible de originar situaciones patológicas.
Si existe Gardnerella vaginalis formando parte de la microbiota, cuando disminuyen los lactobacilos y aumenta el pH, este microorganismo prolifera dando lugar a vaginosis. Si sobrecrece el hogo Candida spp, se producirá una vaginitis por hongos o candidiasis vulvovaginal y, si son otros los microorganismos presentes o invasores, se pueden favorecer otras infecciones.
Existe un amplio consenso sobre la necesidad mantener en las mujeres en edad fértil la dominancia de los lactobacilos, pues es signo de salud vaginal. Y en aquellas ocasiones en las que se sabe que pueden disminuir (uso de antibióticos por otras afecciones, tratamientos específicos de las vaginitis infecciosas, etc.), se considera una buena práctica el suplementar con productos probióticos.
Los productos probióticos aportan lactobacilos (como por ejemplo L. rhamnosus Lcr35®), que reemplazan los que se han visto reducidos por las circunstancias que sean ocasionando disbiosis y susceptibilidad a infecciones. Restauran el equilibrio vaginal y mantienen la vagina en condiciones óptimas de salud.
En niñas no se ha probado este beneficio, entre otras cosas porque su salud vaginal no está tan comprometida, pero si existe evidencia suficiente para indicar su uso en casos de diarreas.
Bibliografía recomendada
- Suárez E, Beltrán DA, Daza M, González SP, Guerra JA, Jurado AR, Ojeda D, Rodríguez JM. La microbiota vaginal: composición y efectos beneficiosos. Consenso sobre usos de los probióticos en Ginecología. Disponible en: http://www.sepyp.es/probiot_vaginales.pdf
- Beltrán Vaquero DA, Guerra Guirao JA. Consenso de probióticos vaginales. Madrid: EDIMSA Editores Médicos AS, 2012. ISBN-13: 978-84-7714-377-2
- Jurado AR, Allué J, Pérez S. Retrato de un probiótico. Noticias Médicas. 16-30 Junio 2010: 3960
- Cancelo MJ. GP Diagnóstico y Tratamiento de Infecciones vulvovaginales. SEGO. Actualizado 2018
- O’Hanlon DE, Moench TR, Cone RA. Vaginal pH and microbicidal lactic acid when lactobacilli dominate the microbiota. PLoS One. 2013;8:e80074. doi: 10.1371/journal.pone.0080074.
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- Coudeyras S, Jugie G, Vermerie M, Forestier C. Adhesion of human probiotic Lactobacillus rhamnosus to cervical and vaginal cells and interaction with vaginosis-associated pathogens. Infect Dis Obstet Gynecol. 2008; 2008: 549640 Epub 2009 Jan 27.
- M. Bohbot and J. M. Cardot, “Vaginal Impact of the Oral Administration of Total Freeze-Dried Culture of LCR 35 in Healthy Women,”Infectious Diseases in Obstetrics and Gynecology, vol. 2012, Article ID 503648, 4 pages, 2012.doi:10.1155/2012/503648
Autor
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Doctora en Medicina y sexóloga. Coordinadora del Grupo para el Estudio de la Salud Sexual de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (GESS_AEEM). Secretaria General de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual. Coordinadora Académica del Máster de Sexología Médica y del Experto en Sexología para Enfermería de la Universidad Europea del Atlántico. Directora del Instituto Europeo de Sexología en Marbella (Málaga).
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