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Relación de la COVID-19 persistente y la disbiosis de la microbiota oral

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    El coronavirus 2 o SARS-CoV-2 responsable de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) no solo ataca a la nariz y a los pulmones, sino que se ha visto que también tiene facilidad para entrar en las células de la mucosa de la boca y del intestino y reproducirse en su interior.

    Lo que los científicos han descubierto hace poco es que las personas con COVID-19 persistente tienen más infecciones y se quejan de problemas digestivos crónicos. Esto puede tener su origen en que la microbiota oral de los pacientes con COVID-19 tiene una mayor abundancia de bacterias potencialmente patógenas (abundancia de las bacterias de los géneros Prevotella y Veillonella) y una reducción de las bacterias protectoras que producen ácidos grasos de cadena corta y tienen un efecto antiinflamatorio1.

    Además, las personas que siguen teniendo síntomas después de haberse recuperado de la infección aguda por la COVID-19 tienen una microbiota oral menos diversa y más inestable. Esta disbiosis de la microbiota que se observa en las personas con COVID persistente es parecida a la que tienen las personas con síndrome de fatiga crónica y contribuiría a explicar el cansancio, los problemas de sueño y las malas digestiones2.

     

    Síntomas de la COVID persistente

    La COVID persistente se caracteriza por la presencia de diferentes síntomas semanas o meses después de haber tenido la infección inicial. Aunque puede afectar a cualquier persona y no parece estar relacionada con la gravedad de la infección inicial (afecta entre el 10-20% de la población), la COVID persistente es más frecuente en las mujeres de edad media3,4.

    Los síntomas de la COVID persistente más comunes son: cansancio, malestar general, tos, diarrea, pérdida de apetito, dolor en el estómago, piel sensible, caída del pelo, migrañas, dificultad para concentrarse, pérdida de gusto y olfato, dificultad para tragar, ojos secos y palpitaciones. Estos síntomas tienen que durar como mínimo 2 meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo5.

    Las personas más vulnerables a las que se les puede complicar la COVID persistente y que requieren una atención médica personalizada son los mayores de 60 años, las personas con hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades pulmonares crónicas y con el sistema inmunitario débil5.

    La mayoría de las personas con COVID persistente tienen en común un perfil característico de disbiosis de la microbiota oral e intestinal. Esto hace que se puedan beneficiar de realizar ajustes en su alimentación e incorporar probióticos específicos para corregir la disbiosis.

     

    Disbiosis de la microbiota oral por COVID persistente

    La microbiota oral es la segunda comunidad de microorganismos más diversa y compleja del cuerpo después del intestino y puede influir en cómo nuestro sistema inmunitario responde a la COVID.

    Después de tomar muestras de la cavidad oral y de sangre de 164 pacientes con infección por COVID durante 9 meses, un estudio reciente observó que los pacientes que presentaban síntomas durante más de 10 semanas tenían una mayor abundancia de 19 bacterias que se relacionaban con una peor evolución de los síntomas. De forma que una microbiota oral proinflamatoria podría originar síntomas prolongados incluso meses después de haber eliminado el virus2,6.

    La persistencia del coronavirus en la microbiota oral aumenta las posibilidades de que esta disbiosis se acabe manifestando también a nivel de la microbiota intestinal y de todo el organismo. Aunque no está claro el origen de esta disbiosis oral en las personas con COVID persistente, se ha visto que algunos casos se parecen al síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica en las que la inflamación crónica actuaría como un desencadenante de los síntomas2.

    Una de las funciones clave de la microbiota oral es proteger a nuestro cuerpo contra los patógenos invasores. Esto explicaría que la disbiosis oral por la COVID-19 hace que estemos desprotegidos de las infecciones y que nuestro estado nutricional no sea el óptimo porque la digestión y absorción de los nutrientes de la dieta también puede estar comprometida7.

     

    Probióticos para la disbiosis oral

    Una microbiota oral equilibrada es el primer paso para tener un sistema inmunitario en forma y evitar las complicaciones de la disbiosis oral a nivel de todo el organismo. El empleo de probióticos específicos con respaldo científico puede ayudar a corregir la disbiosis oral secundaria a las infecciones víricas a tres niveles distintos: bloqueando las bacterias patógenas, creando una barrera protectora en la cavidad oral y protegiendo la integridad de los dientes y restaurando la microbiota oral protectora8.

    Algunas cepas probióticas como Lactobacillus brevis CECT 7480, L. plantarum CECT 7481 y Pediococcus acidilactici CECT 8633 tienen la propiedad de restablecer el equilibrio de la microbiota oral y están indicadas en cualquier situación que altere la microbiota oral9,10.

    Un descanso adecuado, el ejercicio físico moderado y una nutrición adecuada también son importantes para promover una microbiota oral diversa, que a su vez contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario y una respuesta adecuada a las vacunas. Las vitaminas y minerales que intervienen en una mejora del sistema inmunitario de la cavidad oral son las vitaminas C y D y los minerales como el zinc y el selenio. Además, la vitamina C puede contribuir a disminuir el cansancio y la fatiga, y el zinc a mantener una adecuada concentración y manejar mejor las situaciones de estrés7.

     

    Conclusión

    La COVID-19 persistente afecta entre el 10% y el 20% de toda la población semanas o meses después de recuperarse de la enfermedad inicial.

    Una disbiosis oral favorece la inflamación y se relaciona con la aparición de síntomas prolongados incluso después de que se haya podido mantener a raya la COVID.

    Una nutrición adecuada que cubra las necesidades de vitaminas y minerales junto con el empleo de probióticos con respaldo científico, como Lactoflora Salud Bucodental, ayuda a mejorar la disbiosis oral que acompaña a las infecciones víricas.

     

    Referencias:

    1. Wu Y, Cheng X, Jiang G, et al. Altered oral and gut microbiota and its association with SARS-CoV-2 viral load in COVID-19 patients during hospitalization. NPJ Biofilms Microbiomes. 2021; 7(1):61. doi: 10.1038/s41522-021-00232-5.
    2. Haran JP, Bradley E, Zeamer AL, et al. Inflammation-type dysbiosis of the oral microbiome associates with the duration of COVID-19 symptoms and long COVID. JCI Insight. 2021; 6(20):e152346. doi: 10.1172/jci.insight.152346.
    3. Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia y Long Covid ACTS. Guía clínica para la atención al paciente long COVID/COVID persistente. Disponible en: https://www.semg.es/index.php/consensos-guias-y-protocolos/363-guia-clinica-para-la-atencion-al-paciente-long-covid-covid-persistente (consultado el 19 de abril de 2023).
    4. Organización Mundial de la Salud. Enfermedad por coronavirus (COVID-19): afección posterior a la COVID-19. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/questions-and-answers/item/coronavirus-disease-(covid-19)-post-covid-19-condition (consultado el 19 de abril de 2023).
    5. Davis HE, McCorkell L, Moore Vogel J, et al. Long COVID: major findings, mechanisms and recommendations. Nat Rev Microbiol. 2023; 21(3):133-146. doi: 10.1038/s41579-022-00846-2.
    6. Rafiqul Islam SM, Foysal Javed Md, Nazmul Hoque M, et al. Dysbiosis of oral and gut microbiomes in SARS-CoV-2 infected patients in Bangladesh: elucidating the role of opportunistic gut microbes. Front Med. 2022; 9:821777. doi: 10.3389/fmed.2022.821777.
    7. Calder PC. Nutrition and immunity: lessons for COVID-19. Eur J Clin Nutr. 2021; 75(9):1309-1318. doi: 10.1038/s41430-021-00949-8.
    8. Harper A, Vijayakumar V, Ouwehand AC, et al. Viral infections, the microbiome, and probiotics. Front Cell Infect Microbiol. 2021; 10:596166. doi: 10.3389/fcimb.2020.596166.
    9. Montero E, Iniesta M, Rodrigo M, et al. Clinical and microbiological effects of the adjunctive use of probiotics in the treatment of gingivitis: a randomized controlled clinical trial. J Clin Periodontol. 2017; 44(7):708-716. doi: 10.1111/jcpe.12752.
    10. Bosch M, Nart J, Audivert S, et al. Isolation and characterization of probiotic strains for improving oral health. Arch Oral Biol. 2012; 57(5):539-549. doi: 10.1016/j.archoralbio.2011.10.006.

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